Los cálculos urinarios son piedras que se forman en la orina, afectando aproximadamente a 1 de cada . La genética y la dieta tienen gran importancia en su formación, siendo clave el consumo de agua para su prevención. La mayoría son de calcio (80%), pero disminuir el consumo de este puede ser contraproducente y llevar al aumento de formación de litiasis.

 Las personas que ya han formado alguna vez, deben mantenerse en controles periódicos, ya que en ocasiones pueden no dar síntomas y, con el tiempo, dañar los riñones de forma irreversible.

 Cuando no se eliminan de manera espontánea, es posible que se requiera de una intervención quirúrgica. Esta puede ser endoscópica (ingresando por la vía urinaria desde la uretra), extracorpórea (ondas de choque externas, sin instrumentalización), percutánea (realizando un acceso al riñón a través de la piel) o, en raras ocasiones, cirugía abierta o laparoscópica.